martes, 29 de junio de 2010

Cartas a mí




Cuanta paz, no necesito mas que hundirme en el sillón, y ser feliz por un rato. Cosa que voy a hacer apenas termine de escribir esta nota. Suite No. 1 para Chelo en G mayor, BWC 1007: Prelude por Rostropovich, dicen que la música calma a la fiera, y siempre creí en ese cuento. Estoy seguro de que es completamente verdadero. Pero toda fiera además de serenarse de vez en cuando, debe sacar las cosas afuera, como por ejemplo ahora, ya que hace un tiempo que no me encuentro conmigo mismo para escribir, y reinventarme en mis palabras. Un juego de uno sólo, pero muchas veces divertido y efectivo sin dudas.



A veces parece ser como tirar una botella al mar con alguna carta, buscando que alguien la lea en algún lugar y tiempo distinto. Alguien que realmente pueda leerla, y no simplemente pasarle los ojos por encima. Pero quizás nadie llegue a leer esto, que es lo más probable, pero asi debería ser, porque no escribo para nada ni nadie. Solo para mí.

Repasando el orden de las necesidades personales podemos aclarar (o re-aclararme) que lo único que necesito es una guitarra, algunas cuantas locuras y una mujer (es mucho mejor cuando las locuras se dibujan en mentes ajenas, ya que sería aburrido si sólo pudieramos dejar huellas en nuestra propia cabeza).

Desconecto el teléfono, respiro hondo y quedo totalmente hundido entre almoadones color bordó.

1 comentario:

.